“Ser un buen piloto es bastante más que manejar”

Rodrigo Aramendía. El campeón 2016 de Superturismo aspira a lograr su segunda corona esta
temporada.
Hace ocho temporadas que comparte equipo con Fernando Rama, uno de los máximos
referentes de la principal categoría de la Asociación Uruguaya de Volantes. Rodrigo Aramendía
reconoce que aprendió de él lecciones clave, que lo hicieron crecer como piloto, y que le
permitieron lograr su primer título en 2016.

-Estás en el equipo Peugeot desde 2011, ¿en qué te ha favorecido esa estabilidad?
-El equipo siempre ayuda a sacar lo mejor de mí. Entré joven y no hacía mucho que corría.
Hemos logrado juntos objetivos que en lo previo eran difíciles. Correr con pilotos
experimentados a mi lado, como Fernando Rama, tricampeón de Superturismo, sumado a la
experiencia de Daniel Daglio y de Enrique Cadenas ha sido clave. Especialmente la buena
relación que generé con Fernando me ha permitido madurar como piloto y darme cuenta que
con potencial únicamente no iba a lograr resultados, por lo que estoy agradecido con él.
Entendí que tenía que hacer muchas cosas más, además de andar rápido, para lograr un
campeonato.

-¿Cuáles son esas tareas?
-Las que más me ha costado aprender. Ser un buen piloto y obtener resultados, es bastante
más que manejar. Tenés que hilvanar un montón de cosas, y la mayoría las tuve que aprender
por mi cuenta, o con mis compañeros. Te diría que prestar atención a los detalles es lo más
importante. Por ejemplo, con las visitas al taller, dónde buscar velocidad y dónde encontrar
confiabilidad. También las visitas a los sponsors, la gestión después de una carrera. Soy de los
pilotos que trata de sacar mayor provecho de los aprendizajes después de cada una. El
relacionamiento con los sponsors y con el equipo influye en cómo te va arriba del auto.

-Tras lograr el título en 2016, ¿cambió tu forma de correr?
-Sin duda. Corrés de otra manera cuando tu principal objetivo ya lo conseguiste. Querés seguir
ganando, porque de eso se trata, pero hoy voy con otra cabeza a las carreras. Ese año venía
con viento en la camiseta, porque gané tres carreras de forma casi consecutiva. Agarrás
envión, enganchando podios y buenos resultados, y tal vez en el momento no te des cuenta.
Después, en perspectiva, cuando se corta esa racha ganadora, te das cuenta lo difícil que es. Y
de la cantidad de cosas que tuviste que hacer y que te tuvieron que salir bien.

-Esa temporada arrancó mal para vos. ¿Cambiaste la cabeza y llegaron los resultados o fue al
revés?
-Creo que primero cambié la cabeza y después vinieron los resultados, por la simple razón que
era muy probable que no pudiera seguir corriendo. Traté de disfrutar al máximo ese medio año
que me quedaba. Habíamos tenido buenos resultados parciales, pero con demasiados altibajos
y problemas de confiabilidad. Cambié la cabeza y además el equipo logró confiabilidad en el
auto, lo fundamental además de la velocidad. Para tener un buen resultado primero hay que
llegar.

-¿Cuándo se dieron cuenta que el campeonato era posible?
-Hasta la carrera de Mercedes (su tercera victoria ese año) no lo visualizamos claramente.
Llegábamos con una buena racha, pero habíamos sumado muy pocos puntos al principio de
ese año. Cuando vimos que éramos rápidos con el lastre máximo (80 kilos) y el auto tuvo ritmo
para asegurarnos la victoria, vimos que el título podía llegar.

-¿Cuál es tu estrategia actual para conseguir el segundo título?
-Seguir como venimos, con tranquilidad. Desde la primera fecha tengo un auto confiable y
rápido. Es fundamental no entrar en los toques que se dan en las carreras. Correr con la cabeza
tranquila, intentar llegar en todas. Como te decía, para llegar con chance hay que estar en
todos los detalles arriba y abajo del auto. Este año estoy mucho más enfocado en eso.

El del casco aurinegro:
Ferra le pintó el primero, que dio paso a un vistoso diseño tricolor, con la bandera británica
similar al de Nigel Mansell, pero poco acorde a su pasión por Peñarol. Un reemplazo, con
franjas verticales amarillas y negras, ingresó en 2011 justo cuando su equipo llegó a la final de
la Libertadores. A fines de 2015 Santi Urrutia lo llevó a Pablo Planchón en Miguelete, y luce el
diseño realizado por éste desde entonces.

 

Prensa ST
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